Ayer, día 1 de marzo se celebraba el Día de la Cero Discriminación, fecha que propuso hace 10 años la Asamblea de las Naciones Unidas para conmemorar la lucha contra la discriminación.
El término “discriminar” proviene de la palabra latina “DISCRIMINARE” que significa: “distinguir separando” y actualmente entendemos la discriminación como el trato desigual a una persona o a una colectividad por motivos raciales, religiosos, políticos, de género o de condición física o mental. Por lo tanto, la cero discriminación se refiere al derecho universal que tenemos las personas de recibir un trato justo y digno independientemente de estos factores.
En este día se recuerda y se celebra que todas las personas del mundo, en un principio, tenemos los mismos derechos fundamentales. Para muchos este día es considerado una obviedad, una mera formalidad para visibilizar a ciertos colectivos que pueden interesar mediática o políticamente. Cuántas veces habremos oído en boca de conocidos, de famosos o de políticos opiniones y sentencias que obvian la discriminación e invisibilizan el sufrimiento de una minoría. Cuántas veces habremos apartado la mirada o pasado una noticia porque simplemente consideramos que esto no va con nosotros como si haciendo esto, el problema dejara de existir.
Este día importa porque las transgresiones a los derechos humanos fundamentales suceden a diario, en nuestra ciudad, en nuestro país, en el país vecino… Es un problema que nos afecta a todos seamos de la condición que seamos porque, aunque no nos perjudique personalmente, todos tenemos la responsabilidad de eliminar la intolerancia sea del tipo que sea.
En el Día de la Cero Discriminación no solo se combate contra la discriminación, sino que, además, se celebra la inclusión y la diversidad. Pero esto no es algo que se reserva única y exclusivamente para el 1 de marzo, ya que miles de personas luchan por la reafirmación de nuestros derechos a diario, porque la intolerancia no descansa y nosotros tampoco deberíamos.
Desde Libros de las Malas Compañías hemos guiado nuestro trabajo en estos 9 años de andadura en la visibilización de poblaciones silenciadas, sensibilizando a través de los cuentos en la educación intercultural, en la educación para la paz, en la educación ambiental, y en un sin fin de valores que nos definen y que aparecen desarrollados en los ODS que intentamos cumplir en cada una de las acciones que llevamos acabo.
Como muestra de este trabajo nos parece importante señalar algunos de nuestros libros.
Por la lucha de la dignidad del ser humano, tenemos este libro sobre la diversidad funcional:
Para la visibilización de las personas sin hogar está:
Para la educación para la paz y la visibilización de las personas que viven en guerra, tenemos:
Para la visibilización de los pueblos originarios, de la calidad de su literatura oral, de su manera de subsistir de manera sostenible en la selva y el derecho a sus tierras, está este libro, que, además, colabora con Zerca y Lejos, una asociación que trabaja con la población pigmea por la lucha de sus derechos humanos:
Para visibilizar la discriminación y persecución que sufren las personas con albinismo y proveerlas de las mismas cualidades que las personas pigmentadas, tenemos este libro que además, colabora con un centro de día para personas con albinismo que gestiona África Directo junto a las Mercedarias de Maputo:
Para visibilizar a las personas refugiadas que llevan años abandonadas en los campos saharauis y darle voz a esas mujeres que son sostén para sus comunidades, tenemos este libro:
Para trabajar educación intercultural, conocer y disfrutar de los cuentos y las costumbres de la gente senegalesa, está este libro que además colabora con una biblioteca en el pueblo de Oussouye:
Para visibilizar la importancia de numerosas mujeres muchas veces silenciadas y dotar de referentes femeninos a las nuevas generaciones, tenemos:
Además, dentro de muy poquito saldrá en preventa nuestra próxima novedad editorial, un libro escrito por la Comisión Española de Ayuda al refugiado que no os podéis perder.
Clara Colás